La República Democrática del Congo es un país de África central, denominado Zaire entre los años 1971 y 1997. Situado en la región ecuatorial de África, comprende gran parte de la cuenca del río Congo. Es el segundo país más extenso del continente.
La RDC es
dueña de una rica y variada historia que se inicia con los primeros inmigrantes
bantúes que llegaron a la zona, la cual se convertiría en el epicentro del gran
Reino del Congo a mediados del siglo XV.
Después de
ser reclamado el territorio por la Asociación Internacional Africana (propiedad
del rey Leopoldo II de Bélgica) como Estado Libre, y luego tras una
colonización particularmente brutal por parte de Bélgica, la colonia del Congo
Belga alcanzaría la independencia en 1960, para transformarse en el Zaire bajo
la égida del dictador Mobutu Sese Seko. Durante el gobierno de Sese Seko el
país se vio sometido a un gobierno autoritario, violento y cleptócrata, que
arruinó la economía del Congo. La caída de este último provocó el inicio de una
grave guerra civil que degeneraría en una conflagración continental, en la cual
intervinieron fuerzas armadas de más de siete países, dejando como trágico
saldo más de 4 millones de muertos. El resultado fue la intervención de la ONU.
Entre 2003 y
2007 el país vivió una tensa calma, bajo la dirección de un gobierno de
transición. A fines de 2006 hubo comicios en los que se resultó electo para
presidente Joseph Kabila, quien hasta entonces ejercía las funciones
interinamente.
El Estado
Libre del Congo o Estado Independiente del Congo fue un dominio colonial
africano, propiedad privada del rey Leopoldo II de Bélgica, establecido en la
Conferencia de Berlín, en 1885, cuyas fronteras coincidían con la actual
República Democrática del Congo. El Congo fue administrado privadamente por el
rey Leopoldo hasta su fallecimiento en 1908, año en que el territorio fue
cedido a Bélgica.
Durante este
período, El Congo fue objeto de una explotación sistemática e indiscriminada de
sus recursos naturales, especialmente el marfil y el caucho, para lo que se
utilizó mano de obra indígena en condiciones de esclavitud. Para mantener su
control sobre la población nativa, la administración colonial instauró un
régimen de terror, en el que fueron frecuentes los asesinatos en masa y las
mutilaciones, que produjo un elevadísimo número de víctimas, aunque es
imposible realizar cálculos exactos, la mayoría de los autores mencionan cifras
de entre cinco y diez millones de muertos.
A partir de
1900, la prensa europea y estadounidense comenzó a informar acerca de las
dramáticas condiciones en que vivía la población nativa del territorio. Las
maniobras diplomáticas y la presión de la opinión pública consiguieron que el
rey belga renunciase a su dominio personal sobre el Congo, que pasó a
convertirse en una colonia belga.
Es de destacar, que en la
década de 1950 la esperanza de vida no alcanzaba los 40 años de edad.
Como parte de
la política internacional de las Naciones Unidas, se promovió el fin de la
colonización de las naciones que llegaron a conformar el llamado Tercer mundo.
En el caso de las posesiones belgas, en 1959 se realizaron las primeras
elecciones libres legislativas que fueron ganadas por el MNC (Movimiento
Nacional Congoleño), dirigido por Patrice Lumumba, que fue designado Primer
Ministro en 1960. Joseph Kasavubu fue elegido como presidente.
Apenas tres
días después de la independencia el país se hundía en el caos, con revueltas de
las tropas amotinadas, y las provincias de Katanga, Moise Tshombe y Kasai del
Sur se separaron de la alianza política.
Eventos
posteriores llevaron a una crisis entre el Presidente y el Primer Ministro,
culminando el 5 de septiembre de 1960, cuando el Primer Ministro Lumumba fue
desposeído por el Presidente Kasavubu. Las Naciones Unidas enviaron tropas que
recluyeron a Lumumba, siendo éste finalmente apresado, conducido a Katanga y
fusilado el 17 de enero de 1961 con la intervención directa de agentes del
gobierno belga y de la CIA.
Lumumba (izq) Kasavubu (dcha)
Tras cinco
años de extrema inestabilidad y descontento civil, Joseph-Désiré Mobutu, ahora
teniente general, apoyado por la CIA, derrocó mediante un golpe de Estado a
Kasavubu en 1965, se estableció un sistema político de un solo partido y Mobutu
se autoproclamó Jefe de Estado.
El país gozó
de una relativa estabilidad, pero el gobierno del dictador Mobutu fue acusado
de violaciones a los derechos humanos, represiones, culto a la personalidad
(cada billete congoleño portaba su imagen, su retrato estaba puesto en todos
los edificios públicos, en muchos negocios y en cartelones, y era común que la
gente ordinaria vistiera a su semejanza) y corrupción extrema.
Al paso del
colapso de la Unión Soviética, las relaciones
con Estados Unidos se enfriaron, Mobutu ya no era más un aliado necesario en la
Guerra Fría, y sus oponentes dentro de Zaire dieron un paso al demandar
reformas al sistema político. Esta atmósfera contribuyó a que Mobutu declarara
la "Tercera República" en 1990, cuya constitución supondría un paso
hacia la democratización. Las reformas resultaron ser meramente superficiales y
Mobutu continuó gobernando.
A mediados de
la década de 1990 la situación empeoró radicalmente. Dentro del marco de la
gran crisis de refugiados de los Grandes Lagos, el genocidio ruandés provocó
una avalancha de refugiados que huían de la guerra reinante en Ruanda y
Burundi. La incapacidad de Mobutu de manejar esta crisis, acompañado de la
pérdida de apoyo por parte de occidente permitió a sus opositores iniciar una
gran campaña en su contra que terminó con su huida y la proclamación por parte
del líder rebelde Laurent-Désiré Kabila de la "República Democrática del
Congo" en mayo de 1997. Pero los aliados de Kabila pronto se volcaron en
su contra y su régimen fue desafiado por una rebelión apoyada por Ruanda y
Uganda en agosto de 1998. Tropas de Zimbabue, Angola, Namibia, Chad y Sudán
intervinieron para apoyar al nuevo régimen en Kinsasa, iniciándose una
devastadora guerra conocida como la "Segunda Guerra del Congo" o
Guerra Mundial Africana, el conflicto que más vidas ha costado en el mundo
desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Un cese al
fuego fue declarado el 10 de julio de 1999, aún así, la lucha continúa tomando
fuerza especialmente en la zona este del país, financiada por los ingresos de
la extracción ilegal de minerales como coltan, casiterita y diamante. Kabila
fue asesinado en enero de 2001 y su hijo Joseph Kabila fue nombrado Jefe de estado.
El nuevo presidente rápidamente comenzó negociaciones para finalizar la guerra
y se firmó el Acuerdo de Pretoria, en Sudáfrica, en 2002. A fines de 2003, una
frágil paz prevalece desde que se instauró el Gobierno de transición. Kabila
nombró cuatro vicepresidentes, dos de los cuales han luchado para expulsarlo
desde julio de 2003. Gran parte del este del país sigue siendo inseguro,
principalmente por el conflicto de Ituri y las continuas actividades de las
Fuerzas Democráticas para la liberación de Ruanda en las provincias de Kivu del
Norte y del Sur.
El 30 de
julio de 2006 se celebraron en el país las primeras elecciones multipartidistas
y libres desde la independencia en 1960. Joseph Kabila obtiene en la primera
vuelta el 45% de los votos y su oponente y ex-vicepresidente Jean-Pierre Bemba
un 20%. Esto da origen a enfrentamientos entre el 20 al 22 de agosto entre
seguidores de los dos candidatos en las calles de la capital, Kinsasa. 16
personas mueren hasta que fuerzas de EUFOR y de la MONUC recuperan el control
de las situación. La segunda vuelta de las elecciones se celebra el 29 de
octubre y en ella el presidente Kabila consigue ser reelegido.
El coltán
sale de las minas a puestos comerciales clave, donde lo adquieren mercaderes
extranjeros que lo envían al exterior, principalmente a través de Ruanda. Las
empresas con capacidad tecnológica suficiente convierten al coltán en el
codiciado tantalio en polvo, para revenderlo después a multinacionales de la
tecnología como Nokia, Motorola, Compaq, Sony y demás fabricantes que lo
utilizan en teléfonos móviles y otros productos electrónicos.
En 1996,
EE.UU. patrocinó una invasión de fuerzas militares de Ruanda y Uganda que
ingresaron por el oriente de la RDC. Hacia 1998 tomaron el control y ocuparon
las áreas mineras estratégicas. Muy pronto, el ejército ruandés comenzó a
hacerse de más de 20 millones de dólares al mes con la minería del coltán.
Aunque su precio ha caído, Ruanda mantiene su monopolio de la explotación y
comercio del metal de la RDC. Existe una lluvia de informes sobre desenfrenados
abusos de los derechos humanos en esa región minera.
La historia
reciente de esta nación africana no ha permitido un desarrollo político muy
avanzado, ya que los conflictos armados y dictaduras han dominado el panorama
desde la independencia en la década de 1960. Sin embargo, una vez finalizada la
Segunda Guerra del Congo se han realizado grandes esfuerzos por estabilizar y
dotar al malogrado país de un sistema político democrático que dé a la
población la estabilidad necesaria para promover la paz, la reconciliación y el
desarrollo económico.
Como parte de
los Acuerdos de Lusaka y del Tratado de Pretoria, el año 2005 el país promulgó
una nueva Constitución Política en la cual se reorganizaba en gran medida el
sistema público y la administración del Estado. Las provincias pasaron de 10 a
25, se estableció un Parlamento bicameral (conformado por el Senado y una
Asamblea Nacional) y una estructura embrionaria de un nuevo poder judicial.
Todas las provisiones de este texto legal tienen diversos plazos para entrada
en vigencia, estimándose que dicho proceso concluya a fines de la década de
2010.
Después de
décadas de dictaduras, guerras y conflictos, la República Democrática del Congo
ha vivido a mediados de esta década los primeros comicios de su historia. Las
elecciones tuvieron como finalidad el aprobar la nueva Constitución del país
(2005), elecciones de presidente y miembros de la Asamblea Nacional (2006), y
gobernadores de las provincias y miembros del Senado (2007).
La economía
de la República Democrática del Congo, una nación provista de grandes recursos
naturales, ha decaído drásticamente desde la mitad de la década de 1980. Los
dos conflictos recientes (la Primera y la Segunda Guerra del Congo), que
comenzaron en 1996, han reducido la producción del país y sus ingresos
estatales, incrementando su deuda externa, y han supuesto la muerte por la
guerra, la hambruna y enfermedades, de 3,8 millones de personas. Durante los últimos
años, la República Democrática del Congo fue el segundo país más pobre del
continente Africano, con un PIB per cápita de 300$, tras Zimbabue.14 Pero, en
el último informe de la ONU en su Informe sobre Desarrollo Humano publicado en
2011 [3], lamentablemente ha pasado a ocupar el último lugar, convirtiéndose
así en el país más pobre del mundo, el último en el IDH (Índice de Desarrollo
Humano).
La
incertidumbre causada por el creciente conflicto, la ausencia de
infraestructuras y la dificultad para operar en un ambiente hostil, han
reducido las operaciones de comercio exterior. La guerra también ha
intensificado el impacto de problemas básicos tales como el inestable marco
legal, la corrupción, la inflación y la ausencia de apertura en el gobierno en
la política económica y operaciones financieras. Las condiciones han mejorado a
partir de 2002 con el repliegue de las fuerzas invasoras. Un elevado número de
misiones del FMI y del Banco Mundial se han reunido con el gobierno para ayudar
a desarrollar un plan económico coherente y el presidente Joseph Kabila ha
comenzado a implementar reformas. Mucha de la actividad económica recae en
actividades que quedan fuera de los datos del PNB oficial.
(Diana Hormigo González)
(Diana Hormigo González)
Kenia,
oficialmente la República de Kenia es un país del este africano, que tiene
fronteras con Etiopía al norte, Somalia al este, Tanzania al sur, Uganda al
oeste y Sudán del Sur al noroeste, con el océano Índico bañando su costa
sureste. Su capital es Nairobi. La superficie del país es de 580.000 km2 y su
población es de 39 millones de personas con gente de numerosas culturas y
orígenes. El nombre del país se debe al monte Kenia, un lugar tradicional del
país y la segunda montaña más alta de África. Kenia también es conocida por su
biodiversidad de animales y por una gran variedad de ecosistemas.
Kenia tiene 47 distritos, cada uno de ellos con un gobierno
semiautonómo respecto al gobierno central de Nairobi. Kenia se divide
geográficamente en varias áreas con un demografía muy variable. Las regiones
centrales y el occidente tienen bosques y montañas mientras que las regiones
del norte son más áridas.
Este es un país en cuyo territorio habitaron ya los humanos hace
20 millones de años, tal y como ha quedado de manifiesto en los restos
encontrados en lugares como el Lago Turkana, pero la historia de Kenia se
comenzó a escribir en la era colonial.
Los británicos llegaron a estas tierras en 1888, y desde
entonces la hicieron colonia suya, una situación que perduró hasta 1963 cuando
el país declaró su independencia del Reino Unido.
La historia de Kenia la tenemos que trasladar al siglo XIX, es en
este momento cuando los alemanes llegan a esta región y se hacen con las zonas
costeras, hasta este momento bajo el yugo del sultán de Zanzíbar, era 1885.
Tres años más tarde esos mismos territorios ya formaban parte de la Compañía
Británica del África Oriental.
Ya en el Siglo XX, la dominación británica y la explotación del
lugar eran patentes, pero a mediados del siglo XX Kenia se reveló contra
Inglaterra, y se comenzaron a dar los primeros conflictos. En 1952 se dieron
las primeras revueltas, con una duración de varios años, concretamente hasta
1959. Después el KANU o Kenia African National Union formó el primer gobierno
en Kenia. En 1963, el 12 de diciembre de ese año, el país se independizó del
Reino Unido y se convirtió en república.
Los primeros años de república fueron convulsos, golpes de estado,
corte de libertades, prohibición de partidos políticos de la oposición… pero
gracias a las presiones internacionales, la Democracia se reestableció en 1991.
Desde entonces varios gobiernos y varios presidentes se han ido
sucediendo en el cargo, el país ha ido desarrollándose, hasta convertirse en
uno de los mejor situados de la costa este de África y de su entorno.
En cuanto a Economía: Kenia es la quinta mayor economía en
el África Subsahariana y el mayor mercado del África del Este (excluyendo a
Sudán) con una renta per cápita y un PIB que se han duplicado en los últimos 7
años, estimándose éste último para 2010 en 32.417 M $USA.
Economía:
Kenia es la quinta mayor economía en el África Subsahariana y el mayor mercado del África del Este
(excluyendo a Sudán) con una renta per cápita y un PIB que se han duplicado en
los últimos 7 años, estimándose éste último para 2010 en 32.417 M $USA.
La economía keniana ha destacado desde 2002 por una importante
recuperación y aumento continuo de las tasas de crecimiento del PIB, hasta
situarse en un crecimiento del 6,9% en 2007, la mayor tasa de las últimas dos
décadas. Los sectores más destacados en el crecimiento en esos años fueron el
del turismo (10%), el Transporte y las Comunicaciones (9%), el industrial (7%),
especialmente destacable el sector manufacturero, y el sector financiero. En
2007, el turismo se situó como principal fuente de ingresos de divisas,
estimándose en el 5% de los ingresos totales de divisas del país. Este
crecimiento se vió acompañado del mantenimiento de la estabilidad
macroeconómica caracterizada por la reducción paulatina de la inflación y el
déficit público.
Sin embargo, a lo largo de 2008, la economía keniana sufrió los
efectos de la crisis postelectoral y de una serie de shocks exógenos
(crecimiento de los precios internacionales del crudo y de los fertilizantes,
dos sequías consecutivas y la crisis económica y financiera internacional) que
provocaron un déficit de producción agrícola y de alimentos, recortaron el
crecimiento de las exportaciones, de los ingresos por turismo, de las remesas y
entradas de capitales a corto plazo. Estos shocks exógenos contrajeron las
tasas de crecimiento del PIB hasta el 1,3% en 2008, aceleraron la tasa de
crecimiento de los precios hasta el 16,2% y deterioraron la posición externa
aumentando el déficit corriente hasta el 7,9% para el período 2008 y reduciendo
las reservas internacionales de divisas en un 20% del stock total entre
mediados de 2008 y principios de 2009.
A lo largo de 2009, las autoridades kenianas respondieron a muy
corto plazo con actuaciones de carácter fiscal, cambiario y de supervisión
bancaria. Simultáneamente, en línea con la aprobación por parte del FMI, en
mayo de 2009, de un desembolso de Apoyo de Balanza de Pagos por importe de 209
M $USA, a través del programa “Rapid Access Component of the Exogenous Shocks
Facility (ESF), el gobierno de Kenia diseñó e inició el desarrollo de un
paquete de medidas macroeconómicas y estructurales para reducir futuras
vulnerabilidades de Balanza de Pagos y recuperar la senda de fuerte crecimiento.
Desde 2009, la economía keniana ha iniciado de manera acelerada su
recuperación económica con un crecimiento del 2,6%, y de reducción de las tasas
de inflación y del déficit corriente al tiempo que se recuperó el nivel de
reservas internacionales por encima de los niveles alcanzados en 2007. El
sector fundamentalmente responsable del crecimiento en 2009 fue el turismo, que
registró un alza superior al 40%, y en segundo lugar la construcción seguida
del transporte y las comunicaciones.
Las estimaciones revisadas para 2010, sitúan el crecimiento en el
5%, debido a la fuerte recuperación del sector agrícola y un nuevo impulso en
el sector de la construcción tras los renovados esfuerzos del gobierno en la
mejora de las infraestructuras. Las proyecciones para años posteriores en los principales
indicadores económicos apuntan a la consolidación de la recuperación iniciada
en 2009 y al fortalecimiento, a medio plazo, de las tasas de crecimiento a
niveles precedentes a la crisis.
En este marco de recuperación económica se ha dado un fuerte
impulso a las reformas estructurales de mejora del marco regulador del sector
privado y la Comisión de Privatizaciones inició el desarrollo a lo largo del
pasado año de un nuevo paquete de privatizaciones en los sectores financiero,
agrícola, y hotelero cuyo desarrollo se ha iniciado a lo largo de 2010.
Igualmente, en 2010, el gobierno lanzó dos emisiones de bonos para la
financiación de infraestructuras, la segunda de ellas en agosto, con la que espera
recaudar 395 M $USA en los sectores preferentes de electricidad, aguas,
alcantarillado, irrigación y carreteras.
Tras su última misión en 2010, el directorio del FMI ha aprobado
en enero de 2011 un nuevo apoyo de balanza de pagos por importe de 500M$ y un
período de 3 años. El objetivo es apoyar el desarrollo del
programa económico del gobierno garantizándole un colchón de reservas para
reducir la vulnerabilidad de la economía a potenciales nuevos shocks al tiempo
que se realiza un proceso de ajuste fiscal gradual que permita reducir los
niveles de endeudamiento de Kenia resultado del fuerte incremento en el gasto
público en infraestructuras a lo largo del ejercicio presupuestario 2009/2010.
El FMI ha reconocido importantes avances en la reducción de
debilidades de largo plazo de esta economía, en particular en materia de
reformas estructurales, de mejora del marco 8 regulador del sector privado y de
la gestión pública financiera así como de mejora de la transparencia y
eficiencia del sector público. Hay que destacar la creciente participación que
ha adquirido el sector privado en empresas y grandes proyectos a través del
importante proceso privatizador que se inició en 2006 y del nuevo proceso que
se ha iniciado en 2010. La fuerte entrada del sector privado en concesiones en
el sector de las infraestructuras, así como en proyectos BOT y BOO en los últimos
dos años, favorecido por la mejora del marco regulador está recibiendo un nuevo impulso en 2010.
En la actualidad, el turismo es la principal fuente de ingresos,
aunque tiene la industria más diversificada de África Oriental. Seguido por las
flores, y en cultivos (30% del PIB) se destacan el café y el té. El
principal puerto del país es Mombasa.
La Unión Europea es el principal socio comercial de Kenia.
En cuanto a energía la mayor parte del suministro de electricidad
de Kenia proviene de centrales hidroeléctricas en las presas a lo largo de la
parte alta del río Tana, así como también de la garganta Turkwel en el oeste.
(Mariana González Páez)
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